domingo, 13 de abril de 2014

lluvia

























no llovió afuera
como lo esperábamos

la tormenta fue dentro
se volaron los geranios del jardín
junto con los retratos de papá y mamá
un tornado arrancó el techo de la infancia
y un trueno se escuchó tan fuerte
que mis tristes bichitos
se escondieron debajo de tu lámpara
sobre mis hombros
se escuchaba llorar
la lluvia de casi un siglo
y lentamente de la garganta
brotaron lágrimas de moras y pellizcos
se angostó el camino de los versos
abriéndose las grietas de mi más reseca tierra
me quedé
muda
desnuda
desolada
inundada de mieles y limones
aún sigo buscando llegar a alguna orilla
para poder desprenderme de estas algas
de esta piel de musgo que no es mía

no llovió afuera
como lo esperábamos
y el cielo pesa otra vez
como si fuera un muerto.

©Germana Martin

Arte: Isabelle Bryer

mudanza
























mudar la cáscara el nido el firmamento
mudar la piel el gesto los inviernos
mudar mi casa enredadera cuerpo
mudarme yo
entera
raíz
palabra
viento

©Germana Martin

Arte: Cassandra Barney

sin

























isla nevada
tu boca
se deshace
en silencios
quietos
lentos
fríos

el sol se despinta

no hay memoria
para tanto cielo

©Germana Martin

Arte: Valeri Tsenov

mujer de cielo adentro

























Mujer de cielo adentro,
útero con alas, tierra de lunas,
fértil enredadera que trepa
incansable a los misterios.
Así me sueño:
de barro y brisa,
de corteza y fuego,
de nube huracanada,
de savia y firmamento.

©Germana Martin

Arte: Christian Schloe

llueve

























el refugio de la lluvia
saberla allí
definitiva en sus señales
sentirla sobre el tejado viejo
su golpeteo en la ventana
su cuándo cesará
su nostalgia
su incertidumbre
su persistencia
su ronroneo en la gotera olvidada
nunca llueve fuera
nunca
siempre llueve
en el cielo
dentro nuestro

©Germana Martin

Arte: Catrin Welz-Stein

de príncipe a sapo

























Mi mirada de bruja
erosiona el misterio
y te transforma de repente
de príncipe en sapo.
Son esas noches abismales
en que sigo tus huellas,
a tropiezos,
dando saltos mortales,
resbalando y cayendo.
Mi sapo verde oro.
Mi sapo fría escama.
Hombre de profundas cuevas,
habitante de mis laberintos,
pasajero serpenteante.
Macho de voracidad insomne,
ebrio de canto atragantado.

Pero llega el día y mi conjuro
te convierte en este sapo ya sin cuentos,
desvestido de azules innombrables.
Te nace un sol en medio de la frente
y embarcas tus estrellas
con rumbo hacia mi cuerpo:
esta laguna de cielo sin amarras
donde nadamos juntos.
Sapo diamante.
Sapo cristalino.
Sapo esmeralda.
Abro los ojos.
Despertamos
al hechizo cotidiano.
Y entonces eres el de siempre:
espejo irremediable
de mi triste princesa,
hombre que le duele
a esta niña con trampas.

©Germana Martin

Arte: Mateo Arfanotti

las bien paridas

























Mujeres preñadas por nosotras mismas,
por los rayos de la luna
o el semen de la tierra.
Mujeres de éxtasis y malva,
de flora marina en las caderas,
de furiosa tormenta entre las piernas.
Mujeres revueltas, prohibidas, guturales,
enredadas, translúcidas, inciertas.
Paridas, renacidas,
arrojadas de pie, frente a la hoguera.
Llevadas de la mano y de las letras.
Mariposas de seda, madre-selvas.

©Germana Martin

Arte: Tamara Adams

mujer flecha

























De mi vientre tibio
se dispara
una flecha de fuego.
Y me vuelvo esta mujer lanzada al firmamento,
una diosa o luciérnaga
que arroja su deseo al infinito,
que arremete con él, lo empuja, lo deshiela,
lo atraviesa con relámpagos y cielos,
le da vida y sustento,
lo lleva con sus alas y volcanes,
lo mece, lo pierde, lo despierta.
Disparada como una flecha
mi voz de crisálida
trae risa de estrellas a mi boca
y el deseo salvaje de regresar a mí misma
veloz, liviana y libre,
para parirme mujer
alumbrada de faros,
escondida de nubes,
perfumada de bosques y de fiestas.

©Germana Martin

Arte: Claudia Tremblay

carta a mi plenipausia, señora del otoño

























Te llevas mi sangre de años,
de dolores y partos.
Te llevas el miedo al cambio,
ese abismo ante lo nuevo y lo desconocido.
Ahora es momento de soltar y dejar partir,
hojas como pinceladas se caen de los árboles,
una brisa se lleva los tiernos temores,
las duras corazas, las máscaras y los señuelos.
Es un tiempo de caricias que se desprenden como gajos.
Un tiempo de preguntas que se envuelven en sí mismas
como brillantes firmamentos.
Mis pisadas ya no buscan caminos ni desiertos,
hoy se vuelven nervaduras hacia adentro,
como las caracolas, las grutas o los ecos.

©Germana Martin

Arte: Cassandra Barney.

avisos clasific-osados

























1
no fumo
no bebo alcohol
soy vegetariana
haragana y dulce
busco un príncipe que sepa ser sapo
que le guste el rock and roll
lo transpersonal de las mariposas
las caminatas en silencio y la poesía
abstenerse los que no entienden a jung u aborrecen la astrología
sólo pido un puñado de tardes frente al río
el amor innombrable
y un eterno compromiso de ser libres
Carentes de sonrisa e inexpertos en amaneceres: ABSTENERSE

2
cansada de héroes desvalidos
busco dragón sobreviviente
con llamarada que encienda la noche
y entibie mi vulva en los inviernos

3
bruja busca sonrisa y semen para hechizo
se compromete devolver el excedente al dueño
el objetivo es noble, devolverme una noche con estrellas

4
busco hombre
con mirada de peces
sonrisa de mago
puños de militante
risa de niño
sexo de lobo feroz
semen de colmena
torso de silencio
abstenerse los que ya no se asombran ni se entregan

5
bruja busca un mechón de cabello enamorado
para conjurar esta tarde de frío
para volver a creer en los inviernos
abstenerse aquellos que no gustan del fuego o de los vuelos

©Germana Martin

Arte: Catrin Welz-Stein

útero

























Me nazco en amapolas y caricias
me nombro mujer para quererme
me abro un sendero desafiante y atrevido
me permito mirar desde mi misma
me invito a estar erguida
me deshago de miedos
escucho mis latidos
sigo mi estela de intuiciones
me busco y me pierdo en las mareas
me atrevo a mis pasos
sólo míos
me pierdo
me nublo y amanezco nueva
me gusto y me empecino
me caigo y me disperso
en partículas de amores
me enraízo
me despeño
me alboroto
me remonto
me huelo
me desdigo

Vuelvo a llamarme a mí misma
desde el útero,
para parirme entera cada día,
para gestarme mujer en el silencio.

© Germana Martin

Arte: Arla Patch

tu ojo




















para que no me sueñes
dejo que tu ojo me atraviese

entonces tu mirada
deshace cortezas
desenreda hiedras
descubre laberintos
y me dejo recorrer
te permito el desembarco
en mis orillas

esta soy yo
con duende
con palabras
con mirada

esta soy yo
con tanto por sanar como por vivir
con tanta vulnerable manía de seguir creciendo
con tanto para mostrarte
con tanto miedo
con tanto fuego
con tanta risa
con tanto por decirte

esta soy yo
con vulva dorada y ojos de sirena
con uñas y lengua
con dulces placeres aprendidos
con ganas y desganos
con suspiros jadeos y llantos
con tanto por sanar una y otra vez
con tanto por soltar
con tanto para dar
con tanto por pedir

esta soy yo
contradictoria vulnerable empecinada
tentada por la lejanía a cada paso
crisálida de mieles
niña en cuerpo de mujer
alma en cuerpo de niña
solitaria niña que no quiere buscarte

esta soy yo
sin máscara sin filtros sin radares
huelo a un lejano momento
huelo a una playa que nunca fue nuestra
huelo a un adiós, a un buen día
huelo a las flores y los dedos mojados por la lluvia
huelo a vos y a tu perfume adivinado
huelo a lo que es nuestro
huelo a jazmines y luciérnagas
huelo a polvo viento ruinas
huelo a mí

esta que soy
esta que seré sin vos hasta el encuentro
y como no sé de ocultamientos ni de huidas
se me escapa mostrarte hasta lo que no quiero
lo que aborrezco lo que ignoro lo que se fue
se me escapan estas palabras una vez más
para que me veas así

esta que soy
sin vueltas ni ademanes
con voz y caricia
rubia revolucionaria de tus primaveras
huracán deseado y presentido
mujer que va
para naufragar una vez más
en la tormenta de tu ojo
en el mar con estrellas de tu mirada.

©Germana Martin

Arte: Alexander Sulimov

a mi menopausia

























un manantial rojizo
se abre paso entre mis piernas
sangre de luna que se va,
gota a gota,
roja tibia dulce,
desde el centro de mi gruta
deslizándose lentamente
desde mi cuenco útero de fuego
quizás por última vez

y entonces
me preparo
abro plexos células caricias
para recibir a esta mujer nueva
renacida guerrera
vasija de placer inagotable
con pestaña de loba y mirada hechicera
que comienza a susurrarme esta canción
muy dentro mío:

tu sangre
ya no será semilla
tu sangre
se volverá poema

©Germana Martin

Arte: Cristina López Casas

pasajera de mi útero

























Pasajera de mi útero
buceo mar adentro:
mis misteriosos corales
mi marea cristalina
mis peces azules
la estrella azulmarina de mi cuerpo.
Vibro, gimo, me estremezco
y me detengo para nacer
en el cántaro de mi gruta.
Rompe la luna
su saco luminoso,
me arroja a mis latidos.
Estoy viva,
estoy sola,
respiro, lloro y sano.

©Germana Martin

Arte: Ronnie Biccard

soy

























Soy piel renovada
Escama ciclo cambio
Cascabel nube y espuma
Atardecer en el desierto
Día de fiesta
Mujer serpiente
Niña de fuego
Sangre alquímica
Brillo de estrella
Rocío amante
Madre colina.
Soy
Luna cambiante
Creciente
Plena
Menguante
Nueva
Mecida en mi viaje
de días y mareas
acompaño el ritmo de la Vida
tomando y soltando
una y otra vez.
Soy esta mujer
la tuya la mía la de todas
la que nos vuelve a parir
la que se atreve a salir
la que nos sueña.

©Germana Martin

Arte: Emily Mc Phie

crisálida

























Mi profunda semilla se despierta
con el suave perfume de la sangre,
se despliega, se transforma,
se vuelve un aleteo de mariposas
que estremece mi interior.
Salgo de mí,
vuelvo a nacer,
esta soy yo,
luna menguando para adentro,
gestándome en miradas y promesas.

©Germana Martin

Arte: Cassandra Barney.

mi Venus

























El río del deseo fluye por las venas
como un incendio dorado,
como una supernova que estalla hacia dentro,
caracola, vulva, perla, fuego.
Hay relámpagos en la sangre cuando se ama
Hay aludes, crepúsculos, cometas que se espejan
Late tu mirada en el cuerpo de mi Venus,
que se mece, se aletarga,
se deja beber, se vuelve roja de mieles
y se entrega.
Mi loba huele tu silencio
lo tiene en la boca
en su lengua de rosa o de sirena.
Y juntos comulgamos
este vino pagano hecho de estrellas,
cuando mi otoño se queda adormecido
acurrucado y tibio entre tus piernas.

©Germana Martin

Arte: Peter Mitchev

sucede que me ama

























Cuando sucede lo que sucede
dejo de revolver cajones
saltar escombros
desmigajar recuerdos.
Abro todas las ventanas
y compruebo entonces
que hay dos soles,
dos lunas, dos silencios.
Dejo de mirar hacia adelante
o hacia atrás
y sólo miro hacia dentro
donde habita desnudo su misterio.
Me olvido de semáforos relojes
despedidas señales.

Cuando sucede lo que sucede
el celular al sonar se vuelve campanario
repleto de golondrinas
y entonces corro me despliego
me ovillo me hago manta y estela.
Y todo pero todo
tiene un sabor desconocido:
su zumo de varón
su labio de frambuesa.
Consulto oráculos inciertos
deshojo margaritas solitarias
y hasta veo su rostro en los espejos.

Cuando sucede lo que sucede
decido hacer arder el bosque
y mis piernas se vuelven lentos arcos
para que corran sus ríos y simientes
y entonces se deslizan hebras de miel
para el encuentro con su boca
abro los cerrojos levo los puentes
dinamito los muros
e invito al desembarco de sus naves
le ofrezco lo más tibio
lo más húmedo
lo más cierto.

Cuando sucede lo que sucede
él toma de rehén
cada mirada
cada beso
cada risa
cada gesto.

Y me deja de pie
desnuda de preguntas
con la boca de rosa
con el plexo de mar
con el cielo fecundo

Él me siembra de amor
y deshace mis pétalos.

©Germana Martin

Arte: Vladimir Makeyev

no vengas a parirme

























¿cuántas formas hay de decirte adiós?
puedo sugerir que saques tu rayo de mi vientre
que me sueltes las redes del cabello
que liberes mis tormentas de tus ojos
puedo mirar hacia otro nido
otro pecho otro cielo otra cáscara abierta
y dejar de buscarte en las hojas violetas del río
o suicidada y tozuda
puedo arrojarme al barco que naufraga
y hundirme en este océano de sales y medusas
en esta sangre que gotea como baba de miedo

pero puedo simplemente
hoy
decirte adiós
desenredando mis largas piernas de las tuyas
soltando mis amarras de tu fuego
de los corales de tus dedos
de la tibia balsa de tu cuerpo

y descubrir con alivio y sorpresa
esta luna preñada de mí misma
que se asoma para crecer
en mi tierra deshabitada y fértil
que sólo yo
vacía de mí
sola de mí
madre de mí
fecundo y gesto

no vengas a parirme

voy a nacer de nuevo
del silencio.

©Germana Martin

Arte: Felicia Olin